Como todos los juegos de Edmund Mcmullen, tiene una estética bellamente grotesca.

Un plataformas interesante, donde manejas una bola de brea enamorada de una chica llamada Brea mientras bajas por las alcantarillas mediante tu habilidad de adherirte a toda superficie, unos cuantos saltos y deslizamientos y chafando todo se te interponga.

Muy recomendable, el ser de manejo raro y garrido es una de sus virtudes, además de una gran banda sonora.

7 de 10