Un juego que no sé si llamar de sigilo o de terror, pero que tiene una buena dosis de ambas y encima logra ser esperpéntico a plena luz del día.
Tiene una jugabilidad bastante minimalista y una estética que salta entre un mundo colorido y un mundo rojo y gris. Además la dosis de exploración y los combates casi siempre en clara desventaja lo convierten en un juego de lo más interesante.

8 de 10